Un homenaje a quienes apuestan al arte


Los domingos a las 20.30 en el Teatro Del Pueblo dos amigos con mucha trayectoria teatral presentan Pedido de gracia, escrita y dirigida por Mariano Cossa e interpretada por Claudio Martínez Bel junto a Teresita Galimany.
Nombrar a Martínez Bel es subrayar coherencia y trabajo desde la década del ochenta tanto en el teatro independiente, algo en el oficial y comercial, es actor, director, autor y por sobre todo clown, una especialidad de la que siente orgullo y pasión. A su lado Mariano Cossa, hace mucho que dejó de ser “el hijo de” para transformarse de músico teatral a director y autor. Mientras comparte otro espectáculo en cartel, ya que dirigió Los compadritos de Roberto Cossa, en el Payró. Aquí analizan este espectáculo.
—¿Cómo se dio el paso del músico a dramaturgo y director?
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MARIANO COSSA: Estuve catorce años viviendo en México, primero compuse para teatro, pero ya había realizado adaptaciones para el grupo Libertablas, donde jugábamos con los textos clásicos. Fue en México donde empecé a producir más como dramaturgo, sobre todo para títeres y objetos. Ya de regreso escribimos junto a Gabriel Pasquini la obra Spaghetti, con la que en el 2010 ganamos el premio del Instituto Nacional de Teatro.
—¿Cómo surgió “Pedido de gracia”?
CLAUDIO MARTÍNEZ BEL: Hace muchos años, entre diez y quince leí, cuando existían los diarios en papel, la noticia que un circo había pasado por un pueblo y como había dejado muchas deudas, entregó como garantía de pago a dos payasos y un león. Pensé que era un excelente punto de partida para hacer algo, porque me tocó alguna fibra íntima. A mí el mundo del circo de los payasos siempre me cautivó. Hace tres años lo llamé a Mariano con quien somos muy amigos y le propuse que la escribiera y la dirija. Le fui aportando mis ideas. Era muy importante trabajar el tema del paso del tiempo, ya tengo más de sesenta años. Una vez terminada se la mostramos a Mauricio Kartun, quien sumó comentarios muy generosos, como siempre.
—En el 2015 estrenaste una obra –“Phantom y Cleo”– sobre dos ilusionistas. ¿Hay relación con ésta?
M.C.: Un poquito sí, porque toca temas parecidos de cómo se junta la realidad del que practica un oficio que requiere público con su vida cotidiana. En Pedido de gracia buscamos investigar qué es lo que provoca la risa, mientras que en la anterior estaba el tema de la magia y el asombro. Pero los dos mundos se parecen, son artistas de variedades. Hay puntos en común.
—¿Crees que “Terrenal” fue el espectáculo teatral más importante en tu carrera?
C.M.B: Sí, claramente. Terrenal fue algo único, que creo que todos los actores soñamos con que alguna vez en la vida nos pase algo similar. Estuve completamente de acuerdo con el texto, con su ideología, con la manera de hacerlo y con los compañeros que tuve. Fue algo extraordinario en mi vida, pero no podíamos seguir, primero partió Claudio Rissi, después Rafael Bruzza y el último fue Claudio Da Passano.
—¿Fue difícil escribir siendo el hijo de Roberto “Tito” Cosa?
M.C: Las dos cosas, fácil y difícil, porque por un lado desde muy chico escuché cómo los amigos de mi padre se leían los textos, muchas veces en mi casa, estoy hablando de la década del ochenta. Así en mi adolescencia escuché leer teatro, por los autores y también las devoluciones que se hacían entre unos y otros que eran sorprendentes, lúcidas, profundas, sinceras y que a veces generaban mucha polémica. De alguna manera el oficio del dramaturgo se me hizo como algo natural y hasta desacralizado.
—¿Cómo es trabajar con una obra durante tres años?
M.C: No todos los días nos reuníamos. Con Claudio nos conocemos hace cuarenta años y siempre quisimos hacer algo juntos. Siento que también buscamos homenajear a toda la gente que a pesar del tiempo, las crisis y los sucesos más horribles, siempre siguen peleando, luchando, abriendo salas y apostando al arte. En este mundo de inteligencia artificial, donde todo debe hacerse rápido. Empezó a surgir una especie de tratado sobre la risa y tomé a varios filósofos, el libro La risa: ensayo sobre el significado de la comicidad de Henri Bergson, Pascal, Kant y la técnica del clown.
—¿Sos un docente especializado en el clown?
C.M.B: Inicié los trámites para jubilarme de la EMAD (Escuela Metropolitan de Arte Dramático) ya que di clases durante veinticinco años. Además siempre tuve mis talleres privados. Mis alumnos me definieron como “maestro de clown”.
Lo que vendrá
A.S.
Aunque fue breve la participación de Claudio Martínez Bel en “El Eternauta”, este año lo espera otro proyecto importante. El mismo director de la película “Rojo” y “Puan”: Benjamín Naishtat filmará “Glaxo”, inspirada en la novela homónima de Hernán Ronsino. En el elenco además de Martínez Bel estarán: Lali Espósito, Marcelo Subiotto, Esteban Lamothe, Manu Fanego, Alan Sabbagh y Esteban Bigliardi, entre otros. Recuerda: “Por mi participación en “Rojo” estuve nominado como actor de reparto en los Premios Sur”. Subraya que con “El Eternauta” empezó con una repercusión muy alta: “Y después baja, como todo. Alguna vez alguien me dijo: ´esto te abre puertas´. Nunca me preocupo, si se abre seguramente será más adelante y no sabré cuál es el motivo. Hay que disfrutar en el momento. Fue lindo hacerlo, lo pasé muy bien filmando, más tarde mirándola y con todo lo que pasó después”.
Mariano Cossa reflexiona sobre estos tiempos: “Ahora con la inteligencia artificial todo tiene que ser rápido. Por lo menos yo no creo en la velocidad, no me molestó tardar tres años, cada obra tiene su propio proceso y tiempo. Antes hacía sólo música para teatro, después empecé a escribir y la dirección llegó más tarde. Soy muy dubitativo, reflexivo y los directores necesitan tener ciertas certezas y seguridades. Pero con “Pedido de gracia” fue Claudio quien me insistió, ya que el texto era mío y subrayó que conocía ese mundo y esos personajes. Fue un proceso muy fácil porque conté con dos excelentes y creativos actores: Claudio y Teresita Galimani”.
Fuente: www.perfil.com



